Hoy estudiamos que en Grecia, nació la democracia. Nuestros hijos mañana estudiarán que en Grecia comenzó la revolución del pueblo.

Ayer, la tierra griega gritó al unísono que no está dispuesta a rendirse.
Mientras en el parlamento hablaban sobre los recortes que iban a implantar, y las medidas (todas ellas de un carácter ilegal e inhumano aterrador) a tomar, en las calles el pueblo se reunía para expresar su malestar y disconformidad.
De pronto, desde la policía se comienza el lanzamiento de gases contra los concentrados en la plaza Syntagma, y el caos se desata en proporciones épicas.

Más de medio millón de personas deciden que esta vez no piensan retroceder, y hacen frente a la policía.
En poco tiempo, el mobiliario urbano comienza a transformarse en barricadas improvisadas, y de botellas en la basura, los primeros cócteles Molotov.
La dura represión policial parece no tener límite, pero la ira y la convicción del pueblo tampoco.

Durante horas, las calles de Atenas, se convierten en un campo de batalla y comienzan a incendiarse edificios (entre ellos la sede de algún banco) y desafortunadamente, a producirse saqueos (siempre existen alimañas esperando el momento oportuno por desgracia).

Finalmente, una policía que ya no es capaz de controlar a las masas (en realidad, nunca lo ha sido, simplemente hasta ahora las masas se han comportado de un modo pacífico, llevándose siempre los golpes a cambio de nada), va dejando paso a la Eurogendfor, la policía antimotines europea. Se supone que es un cuerpo de élite, que no tiene jurisdicción propia, pero puede actuar en cualquier país de Europa.
Son posiblemente, uno de los cuerpos mejor equipados del mundo (no en vano, son los perros guardianes de los banqueros y gobiernos europeos). Su actuación se califica como excepcional; y como tal no están sujetos a las leyes de cada país. En definitiva; una panda de salvajes con carta blanca para lo que deseen…

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

¿Que ha propiciado todo esto?
Pues sencillamente, las condiciones impuestas por la ya famosa Troika, al gobierno heleno para entregar la ayuda de 130.000 millones de euros, para «intentar» que la economía griega no quiebre (y con esto, nos referimos a la economía de bancos, la de sus ciudadanos quebró hace ya meses).

¿Cuales son las medidas que adoptará el gobierno tras la aprobación del paquete de medidas de ayer?

  • Recorte de 3.300 millones de euros en pensiones, salarios y reducción de empleo.
  • Reducción de un 22% en el salario mínimo.
  • Más de 150.000 funcionarios que se quedarán sin empleo hasta el año 2015.

Traduciendo, que las pensiones, así como los servicios de sanidad y posiblemente educación, desaparecerán en el país heleno. Del mismo modo, se carga de nuevo contra el trabajador con un sueldo mísero del cual ve recortado de golpe ¡una cuarta parte!

Es insultante, indignante, vergonzoso…
El pueblo griego, de nuevo paga con su sangre y esfuerzo la crisis que provocaron los banqueros y gobernantes. De nuevo la crisis sirve de excusa para llevarnos a tiempos medievales. De nuevo se volatilizan los derechos de las personas, en favor de una maldita moneda, que nunca ha sido común (más que para los bancos), ni deseada por los pueblos.

Ayer, comenzó una revolución en Grecia, de la cual no hemos visto más que el principio, pero que ya está dejándose sentir en Portugal, Italia y comienza ahora en España.
Han encendido una mecha, que ahora no podrán apagar.

Desde aquí, nos solidarizamos con el pueblo griego, y asumimos que el camino que seguimos, es compartido.

Permaneced atentos, el tiempo de estar dormidos termina.